MI MARIDO Y YO, NOS CASAMOS, SU HERMANA SARA |
ABELARDO RIERA VUELTA, MI
MARIDO
Esta es la historia del
hombre que vino a buscarme a la salida de mi trabajo con una rosa, cuando me
pidió una cita no sabia quien era, nos conocimos en casa de un amigo y no
cambiamos ni una palabra, creí que se trataba de una cita política, no lo era y
ya no nos separamos mas, fue el padre de mis tres hijos, me fue siempre fiel y
murió diciéndome que me había amado siempre, su recuerdo nunca me deja, en mi
vive.
Lalo, por ese nombre le
conocimos siempre fue un niño de la guerra, un niño de la retirada y un hijo de
un revolucionario de la CNT fusilado por Franco, su historia es la de los
republicanos españoles que perdieron la guerra, su patria y su familia, aquí la
cuento.
Lalo nació en la Felguera,
su padre trabajaba en la los altos hornos, era un felgueroso como llamaban a
los que allí trabajaban, era electricista y miembro activo de la CNT-FAI Su madre, Patrocinio Vuelta, era originaria
de Llanes, su padre tuvo una fabrica de tejas, se arruinó jugando y bebiendo
así que la miseria en que vivía la familia llevo a que Patrocinio, mi futura
suegra, se marchase de allí para buscar otra vida, la encontró con el amor de
Jerónimo Riera, se casaron y tuvieron dos hijos, Abelardo y Sara, podían haber
sido mas felices, seguramente lo fueron, los principios anarquistas de Jerónimo
le llevaban a respetar a la mujer y así se preocupo de que Patrocinio estudiase
y se formase como comadrona, tanto como para ocuparse de las mujeres
embarazadas como para ayudarlas a abortar si lo deseaban, el creía y luchaba
por la liberación de la mujer.
Lo único que empañaba su
felicidad era la actividad sindical y revolucionaria de Jerónimo, compañero de
Durruti y Ascaso estaba vigilado por la policía
fue detenido y encerrado en la cárcel de León donde su hijo iba a verle
de la mano de su madre, también debió exilarse cuando la revolución del 34 en
Asturias, refugiado en Limoges, Francia, deja allí buenos amigos que mas tarde
ayudarían a su familia cuando la retirada les llevo a Francia.
Cuando empezó la guerra
Patro y sus hijos estaban de vacaciones en Llanes donde tenían familia, Lalo
siempre se acordaba de una hermosa playita donde iba con amiguitos de su edad y
que estaba cerca de una masia de sus tíos, sus vacaciones pasaban allí, mas
tarde fuimos él yo y nuestro hijo mas pequeño a visitarla, allí acampamos, era
un lugar mágico, también años mas tarde la visite con mi hija.
Esos fueron sin duda los
mejore recuerdos de su infancia, la negra sombra del fascismo se cernía sobre
el país y sobre la vida de todos, Jerónimo les dijo que no volvieran a la
Felguera, en la Playa estaban mas seguros, él había tomado las riendas de la
fabrica que los dueños habían abandonado a los republicanos, como fascistas que
eran tenían miedo del pueblo, en la fábrica se producían armas para la
República, pero la situación era peligrosa, el enfrentamiento entre anarquistas
y comunistas ponía la vida del padre de Lalo en peligro, un día cuando iba a
ver a su familia en coche hacia Llanes cayó en una encerrona preparada por los
comunistas y salvó su vida por los pelos.
Cuando la caída de Asturias
era eminente Jerónimo tomo las armas para defender la revolución, se alisto en
el ejército donde fue nombrado sargento a titulo póstumo, antes de alistarse
llevó a su familia a Gijón para que embarcaran con rumbo a Francia, les dijo
que se reunirían en Barcelona, se despidió de ellos, los dejo en el barco y
nunca se volvieron a ver, su historia ya la he contado.
La familia Riera embarcó, la
nave estaba abarrotada de mujeres y niños que huían de los fascistas, cuando ya
salían del puerto un barco fascista les cerró el paso, sus cañones apuntaban a
las familias indefensas dispuestos a hundirlos en las aguas del Cantábrico, se
salvaron, un navío de guerra ingles surgió de la niebla, se interpuso entre los
marinos fascistas y sus victimas, los encañono diciendo que si hacia algo
contra los que indefensos huían los hundiría sin remisión, el buque fascista
dejó así escapar su presa, tengo entendido que este buque salvador fue el Hund,
hundido poco después por la marina hitleriana.
Los refugiados llegaron a
Burdeos, casi todos eligieron quedarse en Francia esperando el final de la
guerra, no así Patro y sus hijos, pidieron que les dejaran ir a Barcelona donde
estaban convencidos que Jerónimo se reuniría con ellos. La capital catalana aun
era republicana y la familia fue bien acogida por los militantes de la CNT
muchos conocían a Jerónimo, seguramente les contarían la heroica muerte de
Ascaso, compañero de lucha de Riera, como lucho para tomar el cuartel de las
Atarazanas, al final de las Ramblas y que era un cuartel de sublevados
fascistas, una de sus balas acabo con la vida de este revolucionario.
Abelardo, nuestro Lalo
estaba enfermo, había cogido el paludismo, sus ataques le acompañarían toda su
vida, la CNT les instaló en la casa Batlló que el sindicato había ocupado para
acomodar a sus compañeros, sobre todo a mujeres y niños con necesidad de
cuidados, aunque era difícil procurarse quinina lo consiguieron y la salud del
niño mejoró, aunque no quedo curado. Las casualidades de la vida o quizás otras
causas misteriosas hicieron que yo
estaba en Barcelona al mismo tiempo que él, yo era un bebe, siempre en los
brazos de mi madre, vivíamos en la Vía Layetana un poco mas abajo del Paseo de
Gracia, quien sabe si algún día nos cruzamos, el con su madre, yo con la mía,
pero tardaríamos muchos años en encontrarnos.
La familia Riera no estuvo
mucho tiempo en Barcelona, la salud de Lalo no era muy buena así que el comité
de salud lo envió con otras familias con niños a la montaña, les llevaron a
Sanpero, pueblecito de la montaña dr Gerona, los instalaron en la casa del cura
que habían hecho desaparecer los revolucionarios en los primeros tiempos de la
sublevación, los niños se divertían visitando las habitaciones de la enorme
casa que el párroco ocupaba pero lo que mas les impresionó fue una habitación o
despensa llena de jamones, embutidos y otras carnes finas, mi marido me contaba
que nunca tocaron nada pero comentaba la buena vida que llevaba el cura.
Después estuvimos instalados
en una finca de terratenientes huidos, donde podían jugar y comer los frutos
del huerto. Allí tampoco duraron mucho, la terrible noticia llegó, Barcelona
había caído en manos de los fascistas y la gente huía despavorida, los que allí
estaban refugiados no sabían que hacer, Patro no lo dudo un momento, quería ir
a Francia, como tantos otros, creyendo que allí al fin se encontraría con su
marido, no lo pensó dos veces, cogió su hatillo y tomo a sus hijos de la mano y
pregunto donde estaba Francia, por ahí, mas allá de las montañas le dijeron y
hacia allí fue, andando con el frío y la nieve como compañeros. Agotados los
tres llegaron a Olot, sin fuerzas fueron albergados unos días en una casa
amiga, pero allí no podían quedarse, el ejército fascista se acercaba a la
frontera, siguieron su camino entre la nieve, un pastor les dijo de cambiar de
ruta y les explico cómo llegar a Figueres, aun republicana, así les salvó la
vida ya que sino se hubieron helado entre a nieve de las montañas.
Llegaron a Figueras, alli
estaba concentrado los restos del ejercito republicano que deseaban pasar a
Francia para desde allí continuar la lucha, se trataba para ellos de una
retirada estratégica, las familias que huían estaban aterrorizadas y lo único
que deseaban era salir del infierno que los fascistas les preparaban, sabían
muy bien la suerte que corrían los republicanos que caían en sus garras,
violaciones, torturas asesinato de mujeres y niños, fusilamientos sin ninguna
proceso, había que marchar y allí estaban intentando pasar la frontera, unos
iban hacia La Perthus, otros hacia Port Bou, por allí los franceses les dejaban
pasar. Patro no sabia por donde ir, estaba al borde de la carretera cuando un
compañero de su marido la reconoció, iba en un vehículo militar la llamó
subieron y así llegaron a la frontera, entre Port bou y Cerbere, alli los
soldados dejaban sus armas en manos de los franceses, tampoco podían pasar con
vehículos de ningún tipo, todo quedo allí, mientras buscaban refugio los antiaéreos
franceses tiraban continuamente marcando la frontera, los aviones fascistas
perseguían a los que se retiraban pacíficamente asesinando civiles, la deca
francesa les impedía matarlos en suelo francés, así empezó el exilio de mi
marido y su familia que nunca acabó.
Desde la frontera partieron
en largas columnas hacia el terrible destino que les esperaba, los franceses
habían decidido aparcarlos como animales entre las arenas de la costa cercados
de alambradas, sin ni siquiera un techo para guarnecerse del frío y de la
terrible tramontana que soplaba continuamente, allí llegaron sin saber donde
estaban ni lo que seria de ellos, para guardar a los republicanos que luchaban
por la libertad los franceses habían elegido a una compañía de senegaleses que
se divertían violando a las mujeres y matando cuando deseaban a los hombres,
tenían carta blanca, todos los soldados y civiles allí reunidos sufrían de la
disentería, sin sanitarios se dirigían al mar y eso les estaba prohibido, así
los senegaleses tenían pretexto para cargar contra la gente indefensa con sus
sables, muchos murieron de este modo, para dormir los prisioneros, internados
decían, debían hacer agujeros en la arena y cubrirse con alguna manta, el frío
y las enfermedades así como el hambre acabaron con la vida de muchos.
Allí llego la familia Riera,
los hombres eran separados de las mujeres que quedaban con los niños, antes de
que los separaran Lalo vio un circulo de hombres y se dio cuenta de que uno de
ellos era amigo de su padre, lo conocía de Asturias, se acercó a saludarlo, en
ese momento estaba contando a sus amigos como se cocinaba la paella, al ver al
niño le dijo- tu eres el hijo de Jerónimo pues a tu padre lo han fusilado en
Oviedo-, después le volvió la espalda y siguió con su paella, así se enteró
Lalo de la muerte de su padre y así se lo dijo a su madre, la falta de
humanidad de ese hombre que se decía un amigo Lalo nunca lo olvidó, nunca mas
quiso verle, el tipazo vivía en Elne tiempos después, cuando pasábamos por allí
para ir de vacaciones alguna vez Lalo lo vio sentado a la puerta de su casa y
siempre me decía que no quería verlo, mas tarde nosotros también vivimos en
Elne y sabíamos donde estaba aquel tipo pero mi marido me dijo que no quería
verlo ni en pintura, hay dolores que no se olvidan.
Lalo seguía teniendo ataques
de paludismo así que le llevaron al hospital de Persignan que entonces estaba
en el centro de la ciudad, allí vio morir a la mayoría de los que ingresaban de
enfermedad y de hambre, nadie creía que él podría salvarse, un medico tuvo
compasión del niño, mando que le llevaran a un barco que había en Port Vendres
para atender a los convalecientes, una vez allí ordeno que le dieran de comer
cuanto pidiera, seguramente lo mas grave de su estado era el hambre, allí estuvo
algún tiempo, hasta que fue dado de alta, contaba que los habitantes del
pueblecito venían al salir de misa a ver los republicanos, el cura les había
dicho que eran hijos del diablo y querían ver si tenían cola, a las mujeres
cuando podían les levantaban las faldas.
Patro no sabia que había
sido de su hijo, nadie la informo de donde estaba, al no tener noticias lo
creyó muerto y se puso de luto por su marido y por su hijo, los franceses
procuraban buscar acomodo a las mujeres y a los niños, querían vaciar los
campos, hacían venir a propagandistas fascistas para que convencieran a las
gentes de volver a España, algunos se apuntaron para la vuelta, sus compañeros
les insultaban y les tachaban de fascistas, los voluntarios que querían escapar
al infierno de agua y arena no sabían que lo que les esperaba con Franco era el
pelotón, pocos se salvaron, antes de marchar decían que podían volver ya que no
habían hecho nada malo pero para los fascistas el ser republicanos bastaba.
Patro seguía sin saber nada de su hijo al que creía
muerto, se negó a volver a España y ella y su hija Sara fueron encaminadas a un
pueblo del centro de Francia, Villanueva del Allier, donde el gobierno pagaba
un hotel para algunas familias refugiadas, mujeres y niños allí estaba hasta que
un día recibieron noticias del niño que creían muerto.
Lalo estuvo algún tiempo en
el barco, al sanar como tampoco sabían donde estaba su familia lo mandaron a
una institución religiosa que recogía niños, San Vicente de Paul, en les
Landes, allí habia un nutrido grupo de niños españoles, muchos eran de ricas
familias que los habían mandado allí mientras duraba la guerra en España y que
deseaban que siguieran los estudios de curas en el seminario, también se lo
propusieron a Lalo y otros niños españoles, ninguno acepto. El tiempo que
estuvo allí no lo pasó mal, uno de sus recuerdos es de cómo se divertían cuando
venia un cura a ver a la directora, por la mañana iban debajo de la ventana de
su alcoba a contar los preservativos que tiraba, esta mujer se hizo famosa al
terminar la guerra europea, había acogido dos niños judíos para salvarlos de
los asesinos nazis, eso la honra pero aprovechó para bautizarles y guardarles
con ella, los niños eran huérfanos, sus padres habían sido exterminados en los
campos de la muerte, pero tenían familiares en Israel que los reclamaron, ella
los escondió y se negó a entregarlos, decía que eran buenos cristianos, los
había convertido y no permitiría que cayeran en manos de los judíos, fue un
escándalo por fin pudieron recuperar a los niños que partieron con sus
familiares a Israel, debía ser una mujer de armas tomar.
Los refugiados publicaban
anuncios en los periódicos buscando noticias de familiares, un día en la
institución vieron que una Riera buscaba a su hijo y comprendieron que era
Lalo, le dijeron que su madre le buscaba y que iba a reunirse con ella, pero
debía hacer el viaje solo, nadie le acompañaría, le dieron su maletita y lo
llevaron al tren, había otros niños que volvían a España, a esos la directora
les dio algo de dinero, a Lalo no le dijo ni adiós, le entregaron a los
conductores del tren diciéndoles que aquel niño iba a Villanueva, sin mas , el
problema es que hay muchos pueblos en Francia con este nombre y tuvieron que
llevarle a todos hasta que encontraron su Villanueva, los conductores se
portaron muy bien con el, eran de izquierdas y partidarios de los republicanos
españoles, le dieron de comer y no pararon hasta encontrar el pueblo y su
madre, por fin los tres se reunieron en aquel idílico pueblecito que muchos
años después visitamos Lalo yo y Daniel, nuestro ultimo hijo.
Tampoco alli pudieron
quedarse mucho tiempo, el gobierno francés no quería seguir gastándose dinero
en mantener refugiados, así que decidió mandar a la España fascista las
familias que no tuvieran un sostén económico, Patro y sus hijos no querían
volver al infierno que habían conocido, sabían lo que les esperaba, Lalo tomo
la dirección de la familia y escribió a los amigos anarquistas de su padre en
Limoges, les pidió que los avalaran y que le buscaran trabajo para evitar que
los expulsaran, lo hicieron y con la promesa de trabajo pudieron llegar a casa
de sus amigos, allí encontraron alojo y Lalo se puso a trabajar con otros
españoles, creo que se ocupaban de arreglar carreteras.
La guerra con los alemanes
había estallado, Francia se rindió y llevó al poder al general Petain,
entregado a los alemanes, los franceses le siguieron, Patria, Trabajo y Familia
eran las consignas fascistas que la gente aprobaba, los franceses no deseaban
la guerra, habían pagado caro la anterior, los pueblos de Francia tienen largas
listas de los soldados muertos en las trincheras, en todas las plazas de
Francia se levantan monumentos con sus nombres. Otra parte de la población, la
mas acomodada, prefería los nazis a los comunistas que veían como una amenaza
para sus propiedades, así que casi toda Francia colaboró con el enemigo nazi de
buena gana y con buena conciencia, nunca se arrepintieron de ello.
Patro había encontrado un
compañero, Ángel Subira, madrileño guardia de asalto, hablare de él mas
adelante, Ángel sabia curtir pieles y con eso se ganaba algunos dineros, debido
a la guerra no había de nada y él confeccionaba gorros con pieles curtidas de
conejo, alquilaron una casita con huerta y vivían también de alguna hortaliza
que cosechaban, no duró mucho, al venir la penuria de la guerra los
propietarios los echaron para aprovechar ellos de los frutos de la tierra, así
que volvieron a Limoges.
No les iba mal después de
tantas vicisitudes, pero era sin contar con los nazis y sus aliados franceses,
un día la gendarmería francesa vino a buscarle, los alemanes necesitaban mano
de obra y habían dado orden de que les entregaran a todos los que podían
trabajar para ellos como esclavos, también detenían a los judíos, los españoles
eran apatridas por decisión de Franco comunicada a los nazis por Serrano Suñer,
ministro de exteriores de España, el ministro había dicho que los republicanos
no eran españoles y que podían hacer con ellos lo que quisieran, a pesar de que era menor se lo llevaron, la
etapa de su deportación que duro hasta el final de la guerra empieza ahí.
Cierro este capitulo y
pronto seguiré contando la odisea de mi marido, un refugiado en Francia,
victima del franquismo y del nazismo alemán.
No hay comentarios:
Publicar un comentario