viernes, 13 de febrero de 2009

ABUELOS MATERNOS



MIS ABUELOS MATERNOS, MILAGROS SANZ DE BERGUE Y JUAN TEJON Y BAQUERA


Como mas arriba ya he contado la historia de los antepasados de mis abuelos, contare aquí su vida juntos. Se conocieron en Villaviciosa, donde los marqueses de San Juan de Puerto rico tenían la casa familiar y donde se reunían sus descendientes, allí iba Milagros, mi abuela, especifico porque en esta historia hay muchas parientes llamadas Milagros, aunque de hechos milagrosos no hemos conocido ninguno.

Aquel verano en que se conocieron mi abuela fue requerida para participar en una obra de teatro, “El si de las niñas”, de Moratin, muy en boga en ese momento. Al principio se negó, era tímida y no se atrevía con las tablas, por fin dio su si, eso le hizo conocer a un espectador que al verla quedo subyugado por ella, al parecer fue un flechazo, se trataba de Juan Tejon, que también pasaba allí sus vacaciones.no tardaron en casarse, se instalaron en Valencia, mi abuelo era funcionario de hacienda y Vivian como toda familia burguesa, la diferencia es que mi abuelo era socialista y eso fue lo que cambio el destino de sus vidas.

Mi abuelo era jefe de contabilidad y su mujer cuidaba de sus hijos como buena burguesa de la época, tuvo 5 como dios manda, muchos años mas tarde me contaba que nunca quiso tener tantos, y la única manera de retrasar los embarazos era el amamantar a los pequeños el mayor tiempo posible, por eso se veían tantas mujeres dando el pecho a niños hasta de dos años, otra cosa no podía hacerse. Sus hijos fueron, mi madre, Milagros, la mayor y mis tíos, José, Rafael, Miguel Ángel y Maria Victoria, la mas pequeña y llamada familiarmente Toya.

Mi abuelo llego a ocupar el puesto de secretario segundo del PSOE, daba mítines por los pueblos y barrios de Valencia y tenia dos guardaespaldas, Mario y Claudio, sus vidas y su familia siempre estuvieron ligadas a las nuestras, mas tarde los encontraremos.

Mi madre siempre admiró a su padre, entre los dos había una relación privilegiada, ella le preparaba los platos que le gustaban, la caza que traía y le acompañaba al frontón y a los toros, no se nada pero supongo que mi abuela debió tener celos de su hija y fue eso lo que la llevo querer hacerla daño, un daño que todos sufrimos.

Don Juan era un conquistador, amaba a las mujeres y ellas también lo apreciaban, durante toda su vida estuvo pendiente de amores y amoríos, hasta el final no dejo de amar, seguramente es cosa apreciable en un hombre las hazañas amatorias, pero a su esposa no debían hacerle ninguna gracia, no se si en Valencia tuvo ocasión de enterarse de sus devaneos, pero una vez él en el exilio y ella en España no podía ignorarlos, aquello también fue fuente de escándalo en la familia.

Llego la guerra, la unión de las ambiciones de militares y religiosos llevó al país a una confrontación que dividió familias y llevo a los rebeldes a perpetrar uno de los mayores genocidios de la historia, destrozó a las familias separándolas, torciendo sus destinos y creando traumatismos que se han trasmitido de generación en generación. Hoy día los muertos aun esperan sepultura, las heridas siguen abiertas y las victimas siguen sufriendo la vesania de los fascistas y de la Iglesia, gran responsable de esta tragedia colectiva, así es.

Don Juan Tejon se comportó como un republicano y socialista responsable, impidió al fascismo tomar la ciudad, encarceló a los responsables golpistas y se incauto de algunos bienes de los rebeldes huidos, con ellos fue a Paris para intentar comprar armas para la República, sabía que pronto no dejarían hacerlo.

Para que los valencianos mostraran su lealtad al régimen legítimo organizó una manifestación de leales republicanos, él presidía el balcón del Ministerio de Hacienda, había pedido a sus colegas que desfilaran, muchos eran fascistas, pero lo hicieron. Mi madre me contaba que viéndoles saludar a su padre al pasar bajo el balcón murmuro –nunca te lo perdonaran .papa-. Así fue, la venganza del fascismo valenciano persiguió a Don Juan hasta el exilio.

Como ya he contado en mis itinerarios personales la familia debió trasladarse a Barcelona y de allí mi madre y yo fuimos hacia ael sur en busca de mi padre, siguiendo así, unos y otros destinos diferentes.

Mi abuelo estaba dispuesto a resistir hasta el último momento con los suyos, este momento no tardo mucho en llegar, los fascista se acercaban a la capital catalana que no fue defendida, y empezó el éxodo hacia la frontera. Mi tío Pepe llego a Francia con los restos del ejército, acompañado de Claudio, también soldado, allí como casi todos fueron desarmados e internados en el campo de Argeles, arena y alambradas, con un frío de muerte, era todo lo que allí les esperaba y lo que ofreció la República Francesa a los republicanos que luchaban contra un fascismo que más tarde invadiría su país, después de derrotar su ejército.

Mi familia no tuvo que llegar a la frontera a pie, Mario que era capaz de solucionar cualquier situación, busco un coche oficial , mi abuelo era funcionario del gobierno, para él y la familia, así llegaron a la frontera, pasaron por La Vajol, en lo alto del collado hay un monumento dedicado a Companys que por allí pasó.

Los míos siguieron viaje a Paris, donde los refugiados que habían podido salvarse de los campos afluían. En el desorden reinante se pudo encontrar familias que acogían mujeres y niños, eran gente de izquierdas solidarias con las victimas de la tragedia española, sobre todo comunistas que nunca negaron su apoyo a los refugiados ni tampoco a la República.

El sitio donde Milagros y sus hijos encontraron cobijo fue el pueblo de Courtry, en las cercanías de Paris, en la capital quedo su marido esperando la llegada de su hijo Pepe que no tardo en reunirse con él.

Habían conseguido él y Claudio salir del campo de Argeles y lo hicieron fácilmente, Mario mandó a unos amigos a verles, pidieron una entrevista con los dos prisioneros, haciéndose pasar por familiares, y en un descuido de los guardias les entregaron vestidos y dinero, luego se marcharon. Una vez bien trajeados los dos, Claudio y Pepe salieron saludando a los guardias, haciendo ver que eran visitantes. Se separaron a la salida para no llamar la atención y fueron a tomar el tren para Paris en estaciones diferentes. Mi tío contaba que la caminata le dio un sed terrible, así que entro en un bar y pidió – Un verre d´eau- en un francés macarrónico, no le entendían y después de repetirlo le salio desesperado,- un vaso de agua- el comerciante le miro y le dijo -muy bien, haberlo dicho- y se lo sirvió sin mas. Es una historia que siempre me ha divertido, yo vivo desde hace varos años en Argeles, cerca del campo donde los republicanos tanto sufrieron, y me sucede que cuando voy a los comercios pido las cosas en francés y me contestan en español, la historia se repite.

Milagros y sus hijos se instalaron en el pueblo en los hogares de dos familias que los recogieron y albergaron, los pequeños empezaron a frecuentar la escuela y en poquísimo tiempo aprendieron el francés y se pusieron a la cabeza de sus clases, es un fenómeno que se dio en muchas familias refugiadas, la facilidad con que los hijos se integraban y el interés de todos por los estudios.

Los jovenes se hicieron amigos y alguna relación sentimental, como en el caso de mi tío Rafael que se enamoró de la hermana de su mejor amigo, aquellos tierno amores infantiles no duraron mucho, Rafael cayó enfermo de tuberculosis, era el mal del siglo, y murió en poco tiempo, al drama que esto representó para mi abuela se unió un problema de conciencia, era profundamente católica, y continuo siéndolo hasta su muerte, pero en la ultima hora de su hijo no se atrevió a llamar un cura para bendecirlo, me contaba años después que era una culpabilidad que siempre llevaba en su corazón. La razón de no encomendarse a la Iglesia fue el que como vivían en casa de comunistas, ateos, no se atrevió a hacerlo pensando qué aquello les ofendería y los pondrían de patitas en la calle, problema absurdo pero que aumento aun más la amargura que siempre fue la suya.

Poco después de la muerte de Rafael también murió su amigo de la misma enfermedad, fue enterrado en una tumba al lado de mi tío, Hoy día mi madre reposa también allí, vivía en Paris y siempre dijo que quería ocupar el sitio que quedaba al lado de su hermano, muerto en en el exilio, como ella pensaba morir. Para complacerla fuimos un día mi marido mis hijos y yo con ella a Courtry para indagar en el ayuntamiento la propiedad de la tumba, paramos en un café y preguntamos al propietario el camino del ayuntamiento, nos lo dijo y siguió diciéndonos sonriente, - ya sabemos quienes on ustedes, la familia de Rafael Tejon, y vienen para visitar su tumba, todo estas en orden, aquí siempre nos hemos ocupado de él-. Quedamos impresionado y al seguir hablando con el amable señor nos dijo que su tumba siempre estaba florida, al igual que la de su amigo, la familia de este se ocupaba de los dos. Después vinieron a saludarnos algunos vecinos y nos dieron el pésame por la muerte de Miguel Ángel, mi tío muerto en un accidente de autobús en Italia, de él también se acordaban. El tiempo había pasado pero allí el recuerdo de aquellos refugiados no se había borrado.

La guerra había alcanzado a Francia, los mismos nazis a los que nos entregaron con su comité de no intervención venían ahora para invadir su país y hacerlo esclavo del fascismo, Francia no resistió mucho, se rindieron y la ocupación empezó, pronto los alemanes llegarían a Paris para desfilar por los campos Elyseos.

La estancia de la familia en el pueblo también se acababa, debieron marcharse y volver a Paris al lado del marido, sitio poco seguro debido al ejercito invasor. La razón que les llevo a marcharse fue la siguiente, mi abuela estaba un día lavando los platos de la comida sola en la cocina, el dueño de la casa se le acerco y le puso la mano en salva sea la parte, ante la indignación de Milagros le dijo que ya podía pagar con algo el albergue que les ofrecía. Mi abuela no estaba dispuesta a pagar semejante precio, aviso a su marido de su llegada a Paris, y acompañada de sus hijos partió hacia la capital.
Una hermosa historia solidaria que acaba mal, para los hombres una mujer sola siempre creen que es presa fácil.

Mi abuelo estaba en Paris donde su hijo Pepe no tardó en reunirse con él, seguramente también Mario y Claudio les acompañaban, Mario nos contó años mas tarde que solía jugar al ajedrez con Pepe y con Don Juan, como él le llamaba, hasta que un día mi abuelo le dijo que no quería verle mas, nunca supo Mario el porque y nos decía que seguramente se debía a que ganaba siempre las partidas y eso había acabado por incomodar a mi abuelo, seguramente hubo alguna otra razón, pero no supimos nunca cual, Mario siguió siempre admirando a su Don Juan

Los alemanes, los lobos entraron en Paris y los españoles no tenían pasaportes y no se les reconocía el estatuto de refugiados, a la mañana siguiente de la toma de la capital, que se hizo sin oposición alguna, se presentaron por centenas a la puerta de la embajada española para pedir que, como españoles que eran les facilitaran un pasaporte que les protegiera del invasor.

Muchos años después una amiga nos contaba como se reunieron allí, confiando en que su país les protegería, -Allí estaba tu padre- decía. – guapísimo, argüido ante la embajada parecía un tenor de zarzuela, no se le veía mas que a él--

Por muy guapo que fuera mi abuelo y seguramente los otros republicanos también, no obtuvieron la protección que esperaban, la embajada les negó su calidad de españoles.

Al invadir Francia Hitler se encontró con los miles de españoles refugiados allí, sin saber que hacer con ellos se dirigió a Franco preguntándole si deseaba protegerlos , Serrano Suñer, ministro de Asuntos Exteriores del gobierno fascista le respondió que podía hacer con ellos lo que quisiera, no los consideraba españoles, por esta razón los republicanos fueron gaseados en campos de exterminio, entregados a campos de trabajo forzado y tratados como esclavos, todo esto debido a Serrano Suñer, este asesino murió hace pocos años, ensalzado por la prensa del país de los ciudadanos que mando a la muerte. No duró mucho como ministro, casado con una hermana de Franco se lió con una condesa y como defensor de la familia Franco le dio la patada. Podíamos haberle denunciado por crímenes contra la humanidad no lo hicimos y siempre lo lamentare, mi marido pasó cuatro años de su juventud en campos de trabajo alemanes, hay cosas que no deben olvidarse.

Mi abuelo se encontró desamparado, y aun más al recibir a su mujer y a sus hijos, los republicanos estaban en peligro permanente. Tomó la decisión de enviarlos a España, el perseguido era él y pensaba que los suyos no tenían nada que temer, además contaba con que la familia se ocuparía de ellos, así fue aunque con muchas reticencias, mi abuelo desconocía aun la vileza de los vencedores, y el deseo de humillar a los rojos que habían sobrevivido, su familia, nosotros, tuvimos que sufrirlo durante todas nuestras vidas.

Milagros y sus hijos marcharon hacia España, el matrimonio se separo y los hijos perdieron a su padre, pasaron muchos años antes de que pudieran verse y para entonces todos eran diferentes, la familia como tantas otras quedo destruida. A partir de ahora forman parte de mi vida y en ella los encontraremos, mi abuelo quedó por largos años en Francia y seguiré aquí contando su historia

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